miércoles, 23 de mayo de 2007

Una de anatomía lisboeta: O PONTE 25 DE ABRIL

Una de las cosas que más impresiona cuando llegas a Lisboa es la foto de la entrada. Llegar en coche desde España guarda una maravillosa sorpresa al final para el viaje. La ciudad se encuentra en el margen izquierdo (norte) del Tajo (aquí Tejo, o en inglés, Tagus, como una de sus cervejas). Así, la entrada en coche a la ciudad es, impepinablemente, a través de uno de los puentes: ya sea el Vasco da Gama o el 25 de Abril. Si hay que elegir, no hay color: O PONTE 25 DE ABRIL.

Si nos ponemos técnicos (gracias a la Wikipedia), podríamos decir que tiene más de dos km de largo, hasta 190 m de altura sobre el nivel del Tejo, y otros 79 escondidos bajo sus aguas. Pero lo imponente es que la vía discurre a 70 m de altura, de modo que, literalmente, entras a Lisboa viéndola desde la altura, un espectáculo que no tiene precio. Y no lo tiene porque esta ciudad de geografía cuasi-alpina, en la que sus ciudadanos tienen algo de complejo de cabras (y unas piertas y unos gluteos bien entrenados), escala las colinas que antes la protegían. De este modo se ven los diferentes niveles de construcción como en un ejercicio de perspectiva. Se ve también el Castelo de S. Jorge y, vaya por dior, un cementerio que está un poquito demasiado metido en la ciudad.

Los portugueses tuvieron la idea de construir el puente bastante pronto, en 1876, pero no se decidieron a hacerlo realidad hasta 1958. Es curioso, porque justo fue a construirse durante la dictadura de Salazar, que digo yo que este hombre no se daría más prisa en construirlo porque, total, no había elecciones a la vista. (Si las hubiera habido, el puente sería desmontable, no llegaría hasta Lisboa, se quedaría a mitad de camino en el Tajo, para poder disfrutar de la vista, y habría sido inaugurado a bombo y platillo dos meses antes de las elecciones, ¡otro gallo habría cantado a estos lisboetas!).

Total, que entre 1962 y 1966, la Steel Export Company, (de los USA de toda la vida) puso patas arriba un trocico de Lisboa para mayor gloria del país. (En la Wikipedia no dicen si la gente se quejó tanto como en Madrid con las obras de la M30, pero me da a mí que no, que esta gente vive menos estresada).

Hasta 1974 se llamó Ponte de Salazar, pero tras la Revolución de los Claveles, ya no procedía el tema. (Algo similar pasa en España-piel de toro-, con la diferencia de que nosotros hemos tardado taitantos años en acabar con los recuerdos del Tito Paco, mientras que aquí se ventilaron antes los del Sr. Salazar, pero claro, nosotros siempre hemos sido muy carpetovetónicos).

En su época, este puente fue el quinto mayor puente suspendido del mundo, el mayor fuera de los Estados Unidos. Cuarenta años más tarde, aún ocupa el 17º lugar mundial.

Mi barrio, Alcântara, es el que recibe al puente en el margen norte. Hasta tal punto afecta esto a la fisonomía del barrio, que está partido en dos por las vías de acceso. Pasar andando bajo Él da hasta un poco de mal rollo. Yo no he podido evitar preguntarme qué pasaría si un tornillo se soltara, o si un coche se despeñara. Por eso cuando estoy cerca aprieto el paso, me alejo y me pongo a cubierto. Eso sí, cuando creo que estoy a salvo, no puedo evitar mirar atrás para apreciar su imponencia.

Pero a pesar de su grandeza, la vida sigue a su alrededor. La vida del barrio cambió en los años 60. Imaginad que construyen un puente sobre vuestra casa. Imaginad que nunca entrara el sol por vuestras ventanas, que escucharas los coches en la autovía las 24 horas del día, que tus macetas se secaran, que tus paredes se agrietaran, que se desconcharan, que tu casa palideciera, enferma. Imaginad vivir debajo del Ponte. Pues aún hoy, 40 años después, quedan casas debajo del Ponte 25 de abril. Y aún hoy las habita gente.

A mí esta última imagen me causa una mezcla de sensaciones difícil de explicar...

Y no, yo no vivo en la casa "a la sombra".

5 atrevidos comentarios:

Sr_Skyzos dijo...

Me sigue acojonando verlo. Es más, hasta que no dijistes que ÉSO era el Tajo y no el Atlántico...

Y la última foto encoje el corazón.

Anónimo dijo...

La primera vez ke fui en coche a Lisboa pasé un miedo al entrar al puente importante, porke el vertigo me pudo. La última foto me recuerda a la alucinante canción de Parade "Autopistas elevadas".
Porrrrr cierrrrto; si está usted en el barrio de Alcantara ¿ Sigue funcionando todavía una discoteca ke se llamaba igual y ke es una de las más chulas, divertidas y alucinantes ke he visto nunca?

Shepperdsen dijo...

* Dear Sr.Skyzos, es que en Murcia estamos acostumbrados a un concepto de río que claro... Y a mí la última foto (edificio que veo todos los días dos veces) me deja muerto siempre.

* Dear MM, es que el puente acojona un rato. Desde arriba y desde abajo. Y lo de las discotecas de Alcántara tengo que explorarlo, que hasta ahora no he conocido gente que me saque de fiesta... :(

Ale, buen puente a todos!!

Mara Jade dijo...

Qué pasada de fotos!! Estoy deseando ver esa preciosa ciudad.

QUIERO IR QUIERO IR QUIERO IIIIIIIIIIIIRR!!

Shepperdsen dijo...

* Dear MaraJade, ¡¡VENGA, VENGA, VENGA!!