Hoy cedo la palabra a Encarnita (nombre figurado). Encarnita ha sido becaria durante una parte importante de la vida. Llevada por la necesidad de comer, prostituyó su celebro como becaria de Paquita (nombre figurado), una Profesora Titular de una Universidad española que se dedica a la trata de materia gris. Uséase, a la trata de celebros.

El testimonio de Encarnita es escalofriante. Hoy hemos querido traerlo aquí, a Shepperdsen en Lisboa para que el mundo entero sepa a lo que se expone una joven, bella y lozana doctora en Química, cuando se queda sin beca y tiene que buscarse las habichuelas. A Encarnita, Paquita y al resto de personas involucradas en esta historia se les han dado nombres figurados para proteger sus identidades, pero todos los hechos de los que hoy se va a hablar aquí son reales.

Encarnita (E): El día que conocí a Paquita entré a su despacho para una entrevista de trabajo y me la encuentro a ella en su mesa, ocupando bien oronda todo su sillón. Leyó sólo dos líneas de las dos páginas de mi CV y dijo que era la candidata ideal y que “estaba fichada de por vida”. Se me empezó a conocer en el laboratorio como “el fichaje”. Yo ya sabía que trabajar con Paquita no era un camino de rosas, pero hacer una entrevista así y que te digan eso, pues como que piensas que has empezado con buen pie y que contigo va a ser diferente. ¡Y mira que me lo avisaron!. ¡Cuánta inocencia!.

Los principios con Paquita fueron buenísimos, le caí en gracia y porqué no decirlo, ella a mí también. Incluso la defendí delante de mis compañeros que la acusaban de negrera, de hacer mobbing, de maleducada, de loca, etc. No sé muy bien cuando cambiaron las cosas, supongo que fue progresivo. El caso es que a los dos meses de estar allí yo ya estaba como el resto de mis compañeros, deseando salir de cualquier manera.

Aquí, la malvada y cruel Paquita.

A continuación relato de menor a mayor las locuras de Paquita. A los compañeros de trabajo los llamaré Pringuis para no desvelar sus identidades.

En la cafetería.

Pringui1, Pringui2 y servidora estábamos almorzando aprovechando la ausencia de Paquita. Todo hay que hacerlo muy rápido para que no se enfade y yo digo que vamos, que tampoco será para tanto que le digas que te coges diez minutos para tomar un café.

Paquita entra en la cafetería. Además de tener un (gran) sobrepeso, Paquita no ve tres en un burro. Nos mira y Pringui1 y Pringui2 se hacen los suecos, pero a mí Paquita me ve cara a cara. Ante tal hecho… cojo y saludo. Vamos a ver, que me está mirando a los ojos. Paquita no me devuelve el saludo. Da marcha atrás y se esconde detrás de una plantita mustia para espiarnos. Era ridículo ver su enorme cuerpo intentando ocultarse tras ese helecho deshojado. De vez en cuando sacaba la cabeza para espiarnos mejor. Nosotras no dábamos crédito. A la vuelta al trabajo lo único que nos dice (aparte de una mirada asesina) es que las reacciones no se pueden dejar solas. Yo no tenía ninguna reacción puesta y Pringui2 estaba agitando algo, sin calor, sin vacío… sin nada. Tan peligroso como dejar un vaso de agua en una encimera.

Enfados repentinos.

En cierta ocasión llegó al laboratorio un mensajero con una caja que contenía ocho paquetes de guantes de látex. Paquita entró en cólera porque son muchos guantes para ONCE PERSONAS y que qué hacemos con los guantes. El pedido está a nombre de Pringui3, lo que genera comentarios del tipo “a ese lo echo, lo que le faltaba ya por hacerme”. Intenté hacerle entrar en razón, diciéndole que puede ser un error, que el pedido lo había hecho Pringui2 y que había solicitado sólo cuatro paquetes, que llamamos a la empresa y ya está, a lo que responde “nos van a cobrar los gastos de envío” y “lo que faltaba, que un pringui me eche la bronca”. Llamo al comercial, le explico la situación suavizándola para no dejar demasiado mal a Paquita y me dice que sin problemas recogerá lo que nos sobre. Cuando llega y ve que el montante de lo que devolvemos asciende a 16 euros decide regalárnoslo. Sin gastos de envío ni nada.

Aquí trabaja todo el mundo, pase lo que pase.

Corte de luz en el edificio donde están la mayoría de becarios (aka pringuis). Claro, no van esa tarde (el corte de luz se solapa con la jornada de trabajo). A Paquita le da por decir que el corte de luz fue de cinco minutos y no de tres horas, como aseguraba la circular enviada por el equipo técnico y que la gente se lo ha cogido de vacaciones por la patilla. Esa tarde hay un corte de luz en nuestro edificio, donde estamos Pringui1 y yo. Allí hay que ir a trabajar, aunque el corte de luz sea a las cuatro y media y le decimos de hacer jornada continua para poder poner reacciones. Dice que no, que esa tarde se trabaja. Agregamos que sin luz no podemos poner reacciones, ni purificar, ni filtrar, ni nada. Responde que las escobas no tienen enchufes. Cinco años de licenciatura para que te digan eso.

Llega la tarde y Paquita acude al lugar de trabajo. Es julio y no hay aire acondicionado. Yo estoy limpiando y Paquita se acerca y me dice que cuánto llevo sin luz. Pues una hora, respondo. Pues entonces volverá la luz en seguida, añade. Después de media hora se me vuelve a acercar y suelta que con ese calor aquí no hay quien esté, que ella se va al otro edificio. Y yo me quedo allí, limpiando… y sudando. (¡Puta Paquita de los @#@**!!)

Paquita en su despacho, sudando la gota gorda.

Cambios de opinión.

Pija1 y Pija2 trabajan para un colaborador de Paquita. Como ella es como es, guarda material en su despacho para que nadie lo uso (para eso no lo compres digo yo...). El colaborador de Paquita le dice que si es posible que Pija1 y Pija2 hagan unas medidas con cierto aparato que está en el despacho de Paquita, a pesar de haber sido comprado con dinero de un proyecto conjunto. Claro, Paquita dice que sí. A la segunda vez que aparecen Paquita les espeta un “yo pensaba que esto iba a ser más esporádico, esto no puede ser” y las echa.

Bulos.

Paquita me ve sentado delante del ordenador de vez en cuando. Yo no puedo estar mirando el correo, ni buscando artículos, ni buscando la información de la gente que estuvo en mi puesto antes que yo, ni mandando pedidos por e-mail. No. Lo que yo hago cuando estoy delante del ordenador, según Paquita, es un master online. Sin saber muy bien de dónde se ha sacado tal hecho llega a decir que incluso ha visto los ficheros en el ordenador. Por supuesto, a todos los miembros del laboratorio y a gente de fuera. Pero la cosa no se queda ahí. No. Paquita afirma que ha encontrado vídeos pornográficos míos haciendo cosas guarras en el ordenador del trabajo. Lo cual también cuenta a diestro y siniestro. Es en ese momento cuando me doy cuenta de que se ha vuelto totalmente loca.

Despidos improcedentes.

Cuando a uno lo despiden normalmente se lo dicen a la cara. Pues no es así con Paquita. A Prigui1 lo llamó un día por teléfono y le dijo “No hace falta que vuelvas más, no te he renovado”. Y eso lo hizo con la persona con más experiencia del laboratorio.

Paquita celebra el despido de la última becaria.

Y hasta aquí ha llegado este escalofriante y conmovedor testimonio. A todos los becarios de la península y de fuera de ella que quieran utilizar esta tribuna, deben saber que Shepperdsen en Lisboa acepta las crónicas de sus dramas personales. Contadnos lo que os pasa y lloraremos todas juntas. Digooo todos juntos.

18 atrevidos comentarios:

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

¡Qué bueno, qué bueno, qué bueno! ost (ia) con la Paquita...jajajjaaj:-) ¡Es buenísimo! Da para hacer un corto, es un peasso guión. digo un corto para abrir boca, porque bien elegida la actriz....da pá una peli:-) ¡Qué bueno! jejejjej.

Meg dijo...

Esto demuestra dos cosas:
1. En todos sitios hay malos jefes, incluso en la investigación académica.
2. Una persona inteligente, profesora de Universidad, investigadora y con un equipo de investigadores a cargo, no tiene por qué tener ni inteligencia emocional, ni saber estar, ni ser buena jefa, ni ser buena persona. Es más, seguro que es más probable que esa persona sea una hija-puta de mucho cuidao.

Pensemoso en prácticas vudú sobre Paquita, a ver si se rompiera una pierna por tres o cuatro sitios bajando una escalera y tanto Encarnita la Precaria como los Pringuis puedan desarrollar su trabajo con tranquilidad.

Sr_Skyzos dijo...

Ojiplático.

Ya me contarás en la intimidad quién es Paquita y quién Encarnita Precaria; aunque da lo mismo, estáis todos en el mismo barco.

Verificación de palabra: fea.

Shepperdsen dijo...

* Dear Ripley, estoy convencido de que Almodóvar podría hacer de la historia de la vida de Encarnita una peli de Óscar. A ver si le hacemos llegar la historia.

* Dear Meg, en ningún momento he dicho que Paquita tenga (siquiera) inteligencia académica, científica o como quiera llamarlo. Es más, en ciencia es especialmente fácil encontrar malos jefes, ya que hay muchos que olvidan muy rápido lo mal que se pasa con un mal sueldo (o incluso sin un mal sueldo) y trabajando full-time para una negrera como Paquita.

* Dear Sr.Skyzos, el derecho a la protección de la intimidad ampara la decisión de Encarnita la Precaria de permanecer su identidad en secreto. A Paquita usted no la conoce. Una pena grandísima, podíamos ir juntos los domingos a misa.

Peritoni dijo...

Debe ser horrible trabajar en ese ambiente y con esas condiciones. La japuta es una amargá y lo que hay que hacerle es la cama, aprovechar cualquier momento y ocasión para joderla, de manera sibilina o a saco paco, donde más le duela.

Anónimo dijo...

Mi tutor del DEA me sopló la última la vez que fui a hablar de nuestra investigación, sin venir a cuento: "Estoy harto de que todos me hagáis lo mismo; cuando encontráis un trabajo, os vais y no sois capaces de terminar nada.

En primer lugar: eres tan rata que no eres capaz de mirarnos ni una beca, para ganar al menos una miseria, porque llevo un año viviendo en la universidad de gratis para ti

En segundo lugar: no he estado 5 años haciendo una licenciatura y dos haciendo un máster (y dejándome un riñón) bajo tu dictadura, para que, si me llaman de un centro con prestigio, quedarme contigo, para que en la memoria del departamento ponga que has sido capaz de tutorizar algo.

Gracias, Sr. Shepperdsen, me ha venido muy bien su post para desahogarme

Sra. Amparo dijo...

Cabrones y cabronas abundan por todos sitios, esa es la realidad, aunque la historia de la Paquita es pa hacer una serie de esas pa despues de comer, la gente se engancharia. Yo creo que es gente tan tan tan amargada de su vida y acomplejada que decide joderle la existencia a los demás.

Mi último ex jefe, que iba de simpatico y agradable me metió el puñal bien metido y yo, que no suele desear nada malo a nadie, he hecho una excepción con éste. A ver si la mujer le pone los cuernos y lo deja to tirao, se rompe la pierna para estar de baja unos meses sin poderse mover o mejor, que lo echen a él a la puta calle y que cuando vuelva a encontrar curro su jefe sea como la Paquita

Anónimo dijo...

Cada vez me parece que en el mundo académico hay más tarados. Incluso aquí arriba, hoy han despedido a un chaval sin razón aparente.

Shepperdsen dijo...

* Dear Peri, lo malo de "jugar" con Profesores de Universidad es que, además de ser tus superiores, son funcionarios, por lo que tienen que montarla muy gorda para que les afecte a su puesto.

* Dear Escriba, pues a desahogarse, que sienta muy pero que muy bien.

* Dear Amparo, yo he de agradecer que no he tenido experiencias tan malas como la de Encarnita, pero una cosa tengo clara: a mí Paquita me iba a oir. Y una denuncia por mobbing no se la quita nadie.

* Dear Ramón, cuando la Universidad se intenta parecer a las empresas, lo hace cogiendo todo lo peor.

la nena dijo...

Foro Pro-muerte a las Paquitas del mundo ya!!!

Estoy contigo, con algun amigo abogado rascaría rascaría hasta meterle un puro por mobbing, que seguro que falta le hace.

Anónimo dijo...

Glub! Menuda tipa! Es pa hacer una peli de suspense con ida de la olla incluida tipo Mujerblancasolterabusca.....
Leyendo esto me reconforta no tener jefes directos y me doy cuenta de ke me compensan los altibajos laborales si a cambio no tengo ke aguantar a psicopátas por encima de mí. Muchos ánimos, ke esa es pan comío.
Ya me imagina ke estaba usted currando mucho despues de Navidad...

Shepperdsen dijo...

* Dear Nena, estamos intentando convencer a Encarnita para que deje de ser víctima silenciosa y le meta un puraco (u otra cosa) por donde más le duela.

Shepperdsen dijo...

* Dear MM, no se confunda, Encarnita no soy yo. Encarnita es una doctora en Química que fue victima de la malvada Paquita en Murcia. A mí no me tratan tan mal, que mis jefes son personas equilibradas (y delgadas, todo sea dicho).
Un jefe así mata las ganas de trabajar de cualquiera. Sobre todo con esos sueldos/minibecas...

Anónimo dijo...

ya me gustaria veros en esa situacion a ver que haceis, guapos

Cayetana Altovoltaje dijo...

Buenísimo lo de la planta. Y digo yo, ¿tan mal andan en esa universidad o centro investigador que tienen a los becarios barriendo? Maredelamorermosssso.

Shepperdsen dijo...

* Dear Encarnita, los lectores están contigo.

* Dear Caye, la vida real es más sorprendente que la ficción, n'est pas?. Hay Universidades que están mal... pero peor están determinados jefes. Dior nos libre de caer encontrar una condena así...

Anónimo dijo...

Ains, qué miedo he pasado. Casi he revivido el relato al leerlo en mis múltiples cannnnes...

Shepperdsen dijo...

* Dear Crawler, usted que ha tenido tantos jefes, podría escribir varias novelas de terror.