martes, 29 de enero de 2008

Memoria histórica

El Artículo 175 del código penal alemán (§ 175 StGB-Deutschland), que penaba las relaciones homosexuales entre personas de sexo masculino, estuvo vigente desde el 15 de mayo de 1871 hasta el 11 de junio de 1994. Tras el ascenso al poder, el gobierno nazi endureció el contenido de este artículo, incrementando las penas máximas impuestas y ampliando las actividades condenables. Se calcula que alrededor de 140.000 hombres fueron procesados en base a este artículo.

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, las dos Alemanias mantuvieron la legislación homófoba. En la RDA continuó aplicándose el Artículo 175a. A fines de los años 1950 se dejó de castigar la homosexualidad entre adultos, puesto que se consideraba que no afectaba a la sociedad comunista, y a partir de 1968 el código penal de la RDA condenaría las relaciones homosexuales con menores, tanto para hombres como para mujeres. En 1988 este artículo se eliminó completamente. Durante dos décadas, en la RFA se mantuvieron las versiones de los artículos 175 y 175a de igual forma que durante la época del Nacionalsocialismo y la ley se aplicó duramente, llevando a la pérdida de trabajo y encarcelación de numerosos homosexuales. El número de suicidios aumentó enormemente entre los homosexuales acusados. Tras las reformas de la ley 1969 y 1973, sólo eran sancionables los actos homosexuales con jóvenes varones menores de 18 años. Los Verdes intentaron sin éxito eliminar el artículo en los años 80, y no fue hasta 1994 que el artículo fue definitivamente eliminado equiparándose la legislación en las dos alemanias.

Un amour à taire (A love to hide, Un amor por ocultar), cuenta la historia de una pareja de hombres en el París ocupado de la Segunda Guerra Mundial. La legislación francesa, desde principios del s.XIX "permitía" la homosexualidad, siempre que se diese de libre acuerdo entre los individuos. Con la ocupación de Francia por los nazis, el panorama cambia enormemente.

En aquella época no era difícil ganarse una deportación a un campo de trabajo o un campo de concentración. El grado de ensañamiento con los “invertidos” en dichos campos era tal que incluso el resto de presos llegaba a participar. Se estima que el porcentaje de supervivientes de los campos de concentación fue especialmente bajo entre quienes llevaban un pedazo de tela rosa cosido en su uniforme. Para los nazis, “eliminar al homosexual” consistía en pretender su heterosexualización forzosa. Aquellos gays que consideraban que no era posible “curar” eran destinados a la muerte mediante un programa de “exterminio a través del trabajo” (forzándolos a realizar labores peligrosas y agotadoras, y provocando accidentes, hasta acabar con ellos).

El temor a que se propagara un "gen homosexual" les llevó a practicar experimentos médicos, con consecuencias mortales en algunos casos, con los prisioneros del triángulo rosa, en busca de dicho gen. En 1944 se trazó un plan para la castración de todos los homosexuales, aunque a esa altura ya había comenzado a aplicarse la castración a muchos presos. Ajustes de cuentas públicos, castraciones, experimentos "científicos" (tratamientos hormonales, lobotomías...).

En la Nollendorfplatz de Berlín es el centro de la zona gay y lésbica más importante de la capital alemana, y la más tradicional también, puesto que ya a principios del siglo pasado se concentraban allí los lugares de encuentro para homosexuales. Desde 1989 puede verse en esta plaza, sobre el muro exterior de la estación de metro, un modesto memorial: en el interior de un triángulo de piedra rosada leemos la inscripción “A las víctimas homosexuales del nacionalsocialismo”; y encima de esta frase, en grandes mayúsculas, sólo dos palabras: “Totgeschlagen-Totgeschwiegen”. Esto es: asesinados y silenciados. Asesinados por los nazis, silenciados después por la sociedad que construyeron quienes los derrotaron. Dos veces muertos.

En la Europa de la posguerra, no todas las víctimas recibieron el reconocimiento de la sociedad. Mientras el resto de presos en los campos de concentración eran liberados, los presos marcados con el triángulo rosa eran considerados delincuentes comunes, ya que EEUU, URSS y Gran Bretaña perseguían la homosexualidad en sus países. Así, las potencias aliadas vencedoras y las nuevas autoridades alemanas encerraron en cárceles ordinarias a los supervivientes del holocausto homosexual, obligándolos a cumplir las penas impuestas por los jueces nazis y manteniendo en vigor la norma promulgada por el Tercer Reich para su persecución. A los ojos del Alto Tribunal de la RFA, ldicha norma se fundamentaba en una “ley moral” (“Sittengesetz”) que se consideraba aún en vigor, puesto que “las dos grandes confesiones cristianas, la católica y la protestante, de cuyas enseñanzas gran parte del pueblo toma los criterios que regulan su comportamiento moral, condenan la impudicia (‘Unzucht’) homosexual como inmoral.” La experiencia de los presos homosexuales en los campos de concentración del régimen nazi fue un tema tabú durante décadas, incluso para los primeros historiadores y pensadores que se ocuparon del Holocausto y los crímenes de la era nacionalsocialista.

Sólo a partir de los años 70 y 80, después de Stonewall y la despenalización de la homosexualidad en Alemania y en otros países occidentales, empezó a romperse el silencio. En 1972 se publicó “Die Männer mit dem rosa Winkel” (Los hombres del triángulo rosa), un libro en el que Heinz Heger, pseudónimo del vienés Josef Kohout, narra sus experiencias como prisionero. Después vendrían los testimonios de otros “hombres del triángulo rosa”, como el alsaciano Pierre Seel, que envió una carta a su familia (su mujer y sus tres hijos) y a los medios de comunicación. En 1994, publicó su testimonio (Moi, Pierre Seel, déporté homosexuel). Más recientemente, el documental estadounidense “Paragraph 175” contó al mundo la historia de algunas de las víctimas homosexuales del nazismo que aún seguían con vida.

En 2002, el Parlamento Alemán hizo justicia democrática a las víctimas homosexuales de la “Justicia” nacionalsocialista, ofreciéndoles como reparación moral la anulación de las condenas por “impudicia entre hombres” correspondientes al periodo nazi. No se hizo lo mismo, sin embargo, con las condenas impuestas después de 1945 en aplicación de la misma norma que continuó en vigor en la RFA hasta 1969. Esto supuso durísimas críticas por parte de las organizaciones LGTB alemanas.

En 2005, el Parlamento Europeo, en el 60º aniversario de la liberación del Campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau reconoció la eliminación sistemática de "judíos, personas de etnia romaní, polacos, rusos y prisioneros de otras varias nacionalidades, y homosexuales", y manifestó su rechazo a "las persecución de las personas por motivos de raza, origen étnico, religión, categoría social, convicciones políticas u orientación sexual”. Se hizo mención explícita al Antisemitismo que está volviendo a aparecer en Europa, pero no se refiere en ningún momento a la pervivencia y el aumento en nuestro continente de la homofobia, ni pide que ésta sea condenada. De hecho, la palabra “homofobia” ni siquiera aparece en la resolución. Homofobia que cuenta con apoyos sociales muy influyentes y poderosos: en las principales iglesias cristianas y en otras religiones, y también en los partidos, medios de comunicación y organizaciones varias que muestran afinidad con su visión del mundo.

-o-O-o-
Referencias: Artículo 175, Persecución Nazi de Homosexuales, y, sobre todo, la monografía sobre el Holocausto en cuatro capítulos de Dos Manzanas: 1, 2, 3 y 4

13 atrevidos comentarios:

gloRia dijo...

tú sobre q haces el postdoc alli?? joé, tio, esto parece el capitulo de un libro...en 2 palabaras im-presionante..jejej...un beso guapo.
P.D. es q los alemanes son mu raroooossss ;)

Shepperdsen dijo...

* Dear Gloria, ¡hola! Pues trabajo en otras cosas, ejem, pero aprovechando que estaba en casa malito y que me ha dado por ver películas y buscar cosas en internet... pues así estoy yo hoy.
Deseando volver a salir a la calle.
Por cierto, he hecho tanto uso del copy&paste que he puesto las fuentes abajo para que nadie se me pueda mosquear ;).

Nils dijo...

CHAPEAU! me ha encantado, en serio. Es que la historia me puede, soy fan y creo que hubiera sido una de las carreras que estudiaría si tuviera capacidad de hacer varias a la vez jajaja

Peritoni dijo...

Que amargura hijo mío. Cuando uno está malito ve cosas bonitas en la tele y luego las cuenta. Pelis de chicos guapos, de amor, de Disney... no sé...

Anónimo dijo...

Madre m�a, pedazo de post incre�ble......Da verg�enza ponerse a escribir tonter�as despues de leer esto. Por cierto ke siempre me ha indignado como se ha pasado del intento de exterminio gay por parte de los nazis, como si no hubiese existido....Lo de siempre...
Ay ke bien ke yo tengo esa peli regalo de su marido!

Isabel Sira dijo...

No tenía ni idea de la mitad de estas cosas. Te agradezco que me hayas hecho conocerlas. Es cierto que el colectivo gay sigue siendo demasiado perseguido u ocultado, según interese a determinados sectores. Y es lamentable.
Tomo nota de la peli, pero, ¿es nueva o ya para alquilar?
Y, ¿estás malito? Lo digo por un comentario de ahí arriba...

Anónimo dijo...

Un tema escalofriante, sin duda. Me ha sorprendido mucho saber que un país tan evolucionado (aparentemente) haya sido capaz de mantener esa legislación hasta hace dos días

Una gran labor informativa...

Anónimo dijo...

Obrigado por este excelente post! Aprendi muita coisa contigo hoje. E apesar de me encantar a História, penso que a mensagem mais importante, acima de tudo será dizer: ABAIXO A TODAS AS DISCRIMINAÇÔES!
PS: e que tal o filme? recomendadas?

Sr_Skyzos dijo...

Hasta 1988 en España estaba vigente la Ley de Vagos y Maleantes, por la que, si cometías cualquier tipo de delito, se te consideraba un agravante el ser homosexual. Vamos, que robar en una tienda era más delito para un maricón que para un hetero.

De punta se me han puesto los pelos al leer el post. Sea copypaste o no.

Max dijo...

Que impresionante.
Aunque algo sabía sobre la inclusión de homosexuales en la lista negra del holocausto, no tenía idea del injusto trato posterior por parte de los gobiernos vencedores.
Está claro que para algunos el infierno duró más.

Recuperate pronto, y como dice Peri mímate un poquito con pelis amables :)

Shepperdsen dijo...

Gracias a todos por los ánimos, hoy volví al curro. Y ayer vi una peli amable de esas en las que salen chicos guapos, pa variar. Lo mismo lo cuento otro día.

* Dear Nils, me alegro de que le haya interesao. A mí últimamente me ha dado por tirar de la wikipedia, que aunque no sea una fuente fidedigna en algunos casos, siempre estamos a tiempo de ponernos a contrastar información en otros sitios.

* Dear Peri, pues a punto estuve de hacer programa doble y ver después Bent, que va de lo mismo. Pero ya me pareció exagerar.

* Dear MM, ya sabe, ¡¡esta peli tampoco es recomendable en estados carenciales o depresivos!!, elija el momento pa verla :D.

* Dear Arwen, de nada :). La peli ya tiene algunos años, así que para alquilar o para bajar.

* Dear Escriba, y si nos ponemos a investigar lo que ocurría en la "vanguardia europea" y en el país "paradigma de las libertades", lo mismo nos quedamos muertos.

* Caro Tocayo, pois é una boa menssagem, nao é?. Deve servir para nao esquecer que a historia dos direitos gays só se começó a escrever há mesmo poucos anos.

* Dear Sr.Skyzos, es para que se te pongan. Un día que estemos animados nos ponemos la peli, que tiene usted que verla conmigo.

* Dear Max, yo tampoco lo sabía y tirando de wikipedia me quedé muerto. Incluso, si se echa un ojo a las cifras de procesados por el citado artículo en la "Alemania libre", la cantidad de procesados no le iba muy a la zaga a la Alemania nazi.

Meg dijo...

Sí que tenía una ligera idea de los hombres del triángulo rosa, pero no hasta qué punto se les "heterosexualizaba" en los campos de concentración (y exterminio) nazis.

De lo que no tenía ni idea era de la penalización hasta el año '94 de la homosexualidad en Alemania, muerta me he quedao.

Shepperdsen dijo...

* Dear Meg, es que somos modernos desde hace mucho menos de lo que nos pensábamos. Yo me quedé muerto cuando me enteré de que Suiza fue uno de los últimos países en aceptar el sufragio femenino, ¡en 1971!